¡Qué hermosa tarde de abril! ¿Tomamos un MAIA Y KOLYA, les cuento una historia y les hago una propuesta?
La pintura que elegí hoy, es de Ilya Repín, uno de los pintores realistas más extraordinarios de su generación (1844-1930). En ella, vemos a Leo Tolstoy junto a su esposa, Sofia Andreevna, en Yasnaya Polyana. Ruso, de origen ucraniano, Repín fue conocido por sus escenas de gente corriente, a modo de crítica contra el régimen zarista (de él ya vimos la obra «Los sirgadores del Volga»).
Y aquí vienen la pequeña historia y la gran propuesta.
Yasnaya Polyana fue la casa de Tolstoy. En ella nació, vivió, escribió sus novelas, tuvo a sus hijos y allí, también, está su tumba. Por ella pasaron casi todas las figuras culturales y artísticas rusas importantes de su tiempo; entre sus invitados se encontraban Anton Chéjov, Ivan Turguénev, Máximo Gorky, Valentín Serov, Ilya Repín y muchos otros.
Tolstoy escribía las novelas en su estudio, a mano, en letra muy pequeña, con muchos agregados, tachaduras y notas, y le entregaba el borrador a su esposa, quien lo pasaba en limpio durante la noche para que él lo reescribiera al día siguiente. Cada capítulo atravesaba entre cinco y seis borradores hasta ser aceptado como definitivo.
Un día de abril, de 1877, Tolstoy y Sofía -por qué negarle a ella este derecho- terminaron de escribir Anna Karenina, novela que había empezado a aparecer como folletín en la revista Ruskiy Véstnik (El mensajero ruso), a partir de enero de 1875 y que se editó como libro en el ’77. La novela es una de las obras más importantes del realismo literario; está escrita en ocho partes, divididas, a su vez, en capítulos.
Les propongo preparar sus teteras para hacer un viaje en el tiempo e ir leyendo, juntos, cada uno en su dacha, esta maravillosa pieza, analizando cada parte, una vez concluída. Todas las noches publicaré uno o dos Capítulos. Los espero.
-Si hay interesados, podemos tomar nuestro té y leer online, vía Skype.-