Cuando yo era una niña pequeña, mi abuela me decía que si me iba a dormir sin cenar, el alma se levantaba a medianoche a buscar comida entre las ollas y que, entonces, por lo menos había que tomar un tei (un té) -el té, obviamente, no venía solo, sino con todo un cortejo de bocados para lograr su cometido, que era que yo comiera-.
Tantas veces me pregunto qué me hace volver con la mente, con los pensamientos, con el deseo, a Noruega, esa tierra tan lejana, el país de las sombras largas, de los hielos eternos, de los maravillosos bosques, de las piedras, del frío, de los mares que lamen los fiordos, del agua más pura y las naves más perfectas, de todas las flores, del sol de medianoche… del amor infinito y para siempre. Hay una voz interior que me susurra en sueños «lo que te hace volver es tu alma de noruega». Sea lo que sea que eso signifique, mi alma de noruega vuelve a todo eso y al perfume de las peonías de la calle Nyveien.
En Buenos Aires, asoma al mundo un nuevo blend, único fresco, amable, hermoso. Los primeros brotes de primavera de Camellia Sinensis, punteados a mano, convertidos en este Té Blanco Yin Zhen Silver Needle súper fino, de aroma conmovedor. Ocho variedades de peonías orgánicas y arándanos seleccionados le dan pinceladas de color, notas de sabor y un equilibrio exquisito a mi Alma de noruega.
De Edición Limitada, ALMA DE NORUEGA abre la puerta para ir a jugar, sale de esta dacha urbana y se va a dormir con el espíritu contento.