kmf "kmf"

Posts etiquetados ‘Alejandra Pizarnik’

EL TÉ DE LAS SEIS III

miércoles, septiembre 25th, 2013

dh2
¿Ponemos a calentar agua para un té? Un Old Lavender 1932, podría ser.
Para cerrar el círculo de los amantes latinos, les regalo esta foto del brillante fotógrafo inglés, David Hamilton, quien colmó de fantasías mi adolescencia, y una carta.
Leímos, hace tiempo atrás, una carta de amor de Bioy a Elena Garro y un texto provocativo y tormentoso, de Silvina Ocampo. Recordemos que Silvina estaba casada con Bioy, con quien llevó, durante largos años, un matrimonio que puede recordarnos a aquéllos de la época victoriana, en cuanto amor-dependencia-infidelidades.
El sekreto ruso con el que cerraré esta novela de misterio tan inglesa, es la genial poetisa Alejandra Pizarnik, cuyo amor apasionado por Silvina -que le llevaba treinta años- la convirtió en un ser obsesionado que le escribía, a una mujer ya muy madura, cartas extremas y dramáticas que, en lugar de acercarla, la volvían cada vez más distante.
Las mujeres de las letras son peligrosas. Mucho más cuando se convierten en valientes denunciantes de las crueldades de su época contra su propio género. A esta clase pertenecieron Silvina y Alejandra.
No los distraigo más y los dejo con esta epístola de lectura obligatoria.

“B.A. 31/1/72
Ma très chère,
Tristísimo día en que te telefoneé para no escuchar sino voces espúreas, indignas, originarias de criaturas que los hacedores de golems hacían frente a los espejos (cf. von Arnim).
Pero vos, mi amor, no me desmemories. Vos sabés cuánto y sobre todo sufro. Acaso las dos sepamos que te estoy buscando. Sea como fuere, aquí hay un bosque musical para dos niñas fieles: S. y A.
Escribime, la muy querida. Necesito de la bella certidumbre de tu estar aquí, ici-bas pourtant [aquí abajo, sin embargo]. Yo traduzco sin ganas, mi asma es impresionante (para festejarme descubrí que a Martha le molesta el ruido de mi respiración de enferma) ¿Por qué, Silvina adorada, cualquier mierda respira bien y yo me quedo encerrada y soy Fedra y soy Ana Frank?
El sábado, en Bécquar, corrí en moto y choqué. Me duele todo (no me dolería si me tocaras –y esto no es una frase zalamera). Como no quise alarmar a los de la casa, nada dije. Me eché al sol. Me desmayé pero por suerte nadie lo supo. Me gusta contarte estas gansadas porque sólo vos me las escuchás. ¿Y tu libro? El mío acaba de salir. Formato precioso. Te lo envío a Posadas 1650, quien, por ser amante de Quintana, se lo transmitirá entre ascogencia y escogencia.
Te (les) envié aussi un cuaderniyo venezol-ano con un no sé qué de degutante [desagradable] (como dicen Ellos). Pero que te editen en 15 días (…) Mais oui, je suis une chienne dans le bois, je suis avide de jouir (mais jusqu’au péril extrême) [Pero sí, soy una perra en el bosque, ávida de gozar (pero hasta el peligro extremo)]. Oh Sylvette, si estuvieras. Claro es que te besaría una mano y lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. Al carajo los greco-romanos. Yo adoro tu cara. Y tus piernas y, surtout (bis 10) tus manos que llevan a la casa del recuerdo-sueños, urdida en un más allá del pasado verdadero.
Silvine, mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y creo que se dio cuenta de que te amo SIN FONDO. A él lo amo pero es distinto, vos sabés ¿no? Además lo admiro y es tan dulce y aristocrático y simple. Pero no es vos, mon cher amour. Te dejo: me muero de fiebre y tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en voz viva. Sylvette mon amour, pronto te escribiré. Sylv., yo sé lo que es esta carta. Pero te tengo confianza mística. Además la muerte tan cercana a mí (tan lozana!) me oprime. (…) Sylvette, no es una calentura, es un re-conocimiento infinito de que sos maravillosa, genial y adorable. Haceme un lugarcito en vos, no te molestaré. Pero te quiero, oh no imaginás cómo me estremezco al recordar tus manos que jamás volveré a tocar si no te complace puesto que ya lo ves lo sexual es un “tercero” por añadidura. En fin, no sigo. Les mando los 2 librejos de poemúnculos meos –cosa seria. Te beso como yo sé i a la rusa (con variantes francesas y de Córcega).
O no te beso sino que te saludo, según tus gustos, como quieras.
Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor sí.
Ojo: esta carta tu peut t’en foutgre et me répondre à propos des [podés meterte esta carta en el culo y contestarme acerca de] hormigas culonas.
Sylvette, tu es la seule, l’unique. Mais ça il faut le dire: Jamais tu ne rencontreras quelqu’un comme moi –Et tu le sais (tout) (Et maintenant je pleure.
[Sylvette, sos la sola, sos la única. Pero es necesario decirlo: nunca encontrarás a nadie como yo. Y eso lo sabés (todo). Y ahora estoy llorando]
Silvina curame, ayudame, no es posible ser tamaña supliciada-)
Silvina, curame, no hagas que tenga que morir ya.”

Alejandra Pizarnik se suicidó el 25 de septiembre de 1972.

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik (29/4/1936 – 25/9/1972)

Tea blends, blends artesanales, blends de té en hebras, té de alta gama, té premium, té ruso, té de samovar, tea shop, té gourmet, latex free tea blends, mezclas de té en hebras libres de látex, té orgánico.

Buenos Aires - Argentina | Tel. 15-6734-2781 - Llámenos gratuitamente | sekret@dachablends.com.ar